La gráfica muestra que en Uruguay el 50% de los evangélicos de 26 a 40 años señalaron que sus progenitores culminaron la primaria. Aunque es un nivel educativo básico, al menos les permite ciertas competencias de lectoescritura y matemáticas. Proverbios 16:16 dice «Más vale adquirir sabiduría que oro fino…»
Le siguen Ecuador y México con un 40% de evangélicos en ese grupo etario cuyos padres finalizaron la escuela primaria. Son cifras importantes en ambos países, indicando que 2 de cada 5 crecieron en familias donde los mayores pudieron completar educación elemental.
Los altos porcentajes en las tres naciones muestran que una porción significativa de hogares evangélicos accedieron a instrucción primaria, aunque no continuaron estudios secundarios o superiores que permiten más progreso socioeconómico.
Se infiere que una parte de la feligresía evangélica uruguaya, ecuatoriana y mexicana procede de entornos donde solo se pudo acceder a niveles iniciales de escolaridad. Al conocer el evangelio, aspiran a que la próxima generación alcance más superación educativa.
En resumen, la mitad de padres de evangélicos uruguayos y 2 de cada 5 progenitores de ecuatorianos y mexicanos de 26 a 40 años terminaron la escuela primaria. Sus hijos buscan trascender y mejorar a través del estudio apoyados en valores cristianos.