Según la gráfica, el 35% de los evangélicos en Bolivia expresan no sentirse muy satisfechos con su vida, mientras que en Perú y Chile ese porcentaje es del 26%. Estos datos reflejan que un segmento considerable de creyentes atraviesa circunstancias que no les permiten alcanzar una plenitud existencial. «Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso» (Mateo 11:28).

Es crucial que como iglesias identifiquemos los factores que están dificultando la satisfacción vital de estos hermanos. Puede tratarse de necesidades económicas, emocionales, relacionales o espirituales no resueltas. Proveamos espacios seguros donde puedan compartir sus cargas y recibir el apoyo y los recursos necesarios.

A la vez, debemos examinar si nuestras prácticas y enseñanzas están realmente apuntando al mensaje liberador de Cristo. Quizás no estemos transmitiendo efectivamente la plenitud de gozo y paz que Él ofrece. Renovemos nuestra prioridad en proclamar y vivir el evangelio de la gracia y la esperanza.

Sin importar las dificultades, Dios desea que cada uno de sus hijos experimente vida abundante. Como comunidades de fe, seamos faros de aliento, abrazando con amor y caminando de la mano con quienes aún no han hallado satisfacción. Juntos podemos descubrir el descanso prometido en Cristo.

Segmentos significativos de evangélicos en Bolivia, Perú y Chile expresan no estar muy satisfechos con su vida. Como iglesias, identifiquemos y atendamos las necesidades que obstaculizan su plenitud. Evaluemos si transmitimos efectivamente el mensaje de gozo y paz en Cristo. Abracemos con amor y acompañemos a quienes aún no hallan satisfacción, guiándoles al descanso prometido por Dios.

 

 

 

 

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