La Tabla muestra la respuesta de los evangelicos latinoamericanos a la pregunta: «En general, ¿Diría Ud. que está muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la democracia en su país?». Las opciones de respuesta son: A) Muy satisfecho, B) Más bien satisfecho, C) No muy satisfecho y D) Nada satisfecho.
Analizando los datos de la grafica, se puede ver lo siguiente:
- En Argentina, el 30% de los encuestados se encuentran «muy satisfechos» o «más bien satisfechos» con el funcionamiento de la democracia, mientras que el 45% se encuentran «nada satisfechos».
- En Venezuela, solo el 13% se encuentra «muy satisfecho» o «más bien satisfecho», mientras que el 48% se encuentra «nada satisfecho», el porcentaje más alto entre los países analizados.
- En Costa Rica, el 46% se encuentra «muy satisfecho» o «más bien satisfecho», la proporción más alta entre los países, mientras que solo el 15% está «nada satisfecho».
- Brasil muestra una mayor polarización, con un 24% «muy satisfecho» o «más bien satisfecho», y un 47% «nada satisfecho».
- Países como Guatemala (44% «nada satisfecho») y Honduras (42% «nada satisfecho») también presentan altos niveles de insatisfacción con la democracia.
Según los datos presentados, existe una tendencia general entre los evangélicos de los países latinoamericanos encuestados de mostrar niveles relativamente bajos de satisfacción con el funcionamiento de la democracia en sus respectivos países. En la mayoría de los casos, las respuestas «No muy satisfecho» y «Nada satisfecho» superan ampliamente a las opciones de satisfacción. Países como Panamá, Perú, Paraguay, Ecuador y Venezuela exhiben los niveles más altos de insatisfacción, con más del 80% de los evangélicos seleccionando estas opciones negativas.
Esta tendencia de insatisfacción podría ser interpretada a la luz de las enseñanzas bíblicas sobre la autoridad y el gobierno. El libro de Romanos 13:1-2 dice: «Todos deben someterse a las autoridades gobernantes, pues no hay autoridad que no provenga de Dios, y las que existen, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, se rebela contra lo establecido por Dios, y los rebeldes se atraerán sobre sí mismos la condenación». Esto sugiere que los evangélicos, como seguidores de las enseñanzas bíblicas, podrían tender a ser críticos con los gobiernos y autoridades que perciben como alejados de los principios divinos.
No obstante, hay excepciones notables a esta tendencia general. En países como El Salvador y Uruguay, la mayoría de los evangélicos expresaron niveles de satisfacción con la democracia, siendo estos dos países los únicos donde las opciones positivas («Muy satisfecho» y «Más bien satisfecho») superaron a las negativas. Esto podría indicar que, en ciertos contextos, los evangélicos perciben un mayor alineamiento entre los gobiernos y sus valores y creencias.
Otra tendencia interesante es la variación significativa dentro de los mismos países. Por ejemplo, en Costa Rica, las respuestas se dividen casi equitativamente entre las cuatro opciones, lo que sugiere una diversidad de opiniones entre los evangélicos costarricenses. Esto demuestra que, si bien hay patrones generales, la satisfacción con la democracia puede ser una cuestión compleja y multifacética, influenciada por factores contextuales y personales dentro de cada país y comunidad religiosa.