La educación es altamente valorada en las Escrituras. En Proverbios 4:13 leemos: «Retén el consejo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida». El conocimiento nos permite entender mejor la Palabra de Dios y vivir vidas fructíferas para su gloria. Sin embargo, muchos evangélicos jóvenes en América Latina no han podido completar sus estudios formales.
Según la gráfica, en Chile el 35% de los evangélicos entre 26 y 40 años no finalizaron la educación secundaria. Mientras que en República Dominicana, la proporción alcanza el 32%. Es decir, uno de cada tres cristianos en estos países se quedó a mitad del ciclo escolar que sienta bases importantes para la vida adulta. Esto puede limitar sus oportunidades laborales y conocimiento bíblico.
A pesar de estas cifras, como pueblo de Dios estamos llamados a promover la educación dentro de la iglesia. En Éxodo 35:34 leemos que Dios dotó a hombres de «habilidad para enseñar». Siguiendo este ejemplo, podemos implementar programas de alfabetización bíblica, mentorías educativas y becas para que más hermanos completen la secundaria. Invertir en educación cristiana es invertir en el futuro.
En conclusión, si bien Chile y República Dominicana han logrado avances, la tasa de evangélicos jóvenes con secundaria inconclusa sigue siendo alta. Continuando los esfuerzos y buscando la guía de Dios, podemos diseñar soluciones para reducir esta brecha. La educación expande nuestras mentes y corazones para mejor entender y vivir la verdad bíblica.