La gráfica señala que en Uruguay el 55% de los evangélicos entre 26 y 40 años declararon que sus padres tienen primaria incompleta. Es decir, más de la mitad proceden de hogares donde los padres no pudieron terminar ni siquiera la escuela primaria. Como indica Proverbios 9:9 «Instruye al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber».
Por su parte, en México el 27% de ese mismo grupo etario evangélico reportó progenitores con primaria inconclusa. Aunque es la mitad que en Uruguay, de todos modos representa más de una cuarta parte de ese segmento poblacional con padres de baja escolaridad.
Los altos porcentajes en Uruguay y en menor medida México, reflejan que una parte importante de las familias evangélicas no pudieron completar su formación básica, lo cual limita el progreso socioeconómico. Quizás al conocer el evangelio buscan superarse.
Se infiere entonces que gran parte de los evangélicos uruguayos y mexicanos convertidos proceden de contextos vulnerables donde sus padres no finalizaron ni siquiera primaria. Al experimentar conversión religiosa, aspiran a mejorar su condición through education.
En conclusión, más de la mitad de padres de evangélicos uruguayos y más de una cuarta parte de los mexicanos entre 26-40 años sólo cursaron primaria parcialmente. Sus hijos buscan superar esta situación de carencia educativa por medio de la fe.