La gráfica indica que en Argentina, el 47% de los evangélicos entre 26 y 40 años señalaron que sus progenitores tienen secundaria incompleta. Casi la mitad procede de hogares donde los padres no pudieron finalizar la high school. Como dice Proverbios 4:13 «Retén el consejo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida».

Le sigue Colombia con un 34% de evangélicos de ese rango de edad cuyos padres no concluyeron la secundaria. Aunque menor que Argentina, de todos modos es más de un tercio del grupo con padres de preparación media trunca.

Las cifras reflejan que una proporción importante de familias evangélicas en ambas naciones sudamericanas quedaron rezagadas en cuanto a competitividad al no poder completar el colegio. Buscan mejor futuro para descendencia.

Se infiere que varios conversos al evangelio en esos países vienen de entornos desfavorecidos donde acceso a educación secundaria fue limitado para padres. La fe los impulsa a superarse y que sus vástagos estudien.

En conclusión, casi la mitad de padres de evangélicos argentinos y más de un tercio de colombianos entre 26-40 años no pudieron terminar la secundaria. Sus hijos, movilizados por valores cristianos, aspiran a mayor capacitación educativa.

 

 

 

 

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