La Tabla muestra la respuesta de los evangelicos latinoamericanos a la  pregunta  «¿Diría Ud. que está muy satisfecho, más bien satisfecho, no muy satisfecho o nada satisfecho con el funcionamiento de la economía en su país?». Las opciones de respuesta son: A) Muy satisfecho, B) Más bien satisfecho, C) No muy satisfecho y D) Nada satisfecho. Los datos muestran que la mayoría de los países encuestados presentan altos niveles de insatisfacción con el funcionamiento de la economía en sus respectivos países. Algunos datos específicos claves:

  • Argentina tiene un 58.44% de encuestados «nada satisfecho» con la economía.
  • Venezuela tiene el porcentaje más alto de «nada satisfecho» con un 51.41%.
  • Países como Chile, Colombia, Ecuador y Paraguay también muestran elevadas proporciones de «nada satisfecho» (entre 38% y 49%).
  • Sólo un puñado de países, como El Salvador y México, tienen menos del 30% de «nada satisfecho».
  • En general, predominan las respuestas de «no muy satisfecho» y «nada satisfecho» en la mayoría de los países analizados.

La tabla muestra una tendencia preocupante en cuanto a la satisfacción de los evangélicos con el funcionamiento de la economía en sus respectivos países. En la mayoría de los casos, la combinación de las respuestas «No muy satisfecho» y «Nada satisfecho» supera ampliamente a las opciones positivas de satisfacción. Países como Argentina, Honduras, Paraguay, Venezuela y Ecuador exhiben los niveles más altos de insatisfacción económica, con más del 80% de los evangélicos seleccionando estas opciones negativas.

Esta insatisfacción generalizada con el desempeño económico podría ser interpretada a la luz de las enseñanzas bíblicas sobre la administración de los recursos y la justicia económica. En Proverbios 13:23, la Biblia dice: «La tierra cultivada de los pobres rinde abundante alimento, pero hay quienes perecen por falta de justicia». Este versículo sugiere que la insatisfacción podría provenir de la percepción de injusticias económicas y falta de oportunidades equitativas para todos los sectores de la sociedad.

Sin embargo, hay excepciones notables a esta tendencia general de insatisfacción. En países como El Salvador, República Dominicana y México, una proporción significativa de evangélicos expresó niveles de satisfacción con el desempeño económico. Esto podría indicar que, en ciertos contextos, los evangélicos perciben un mayor alineamiento entre las políticas económicas y sus valores y creencias, o que hay una mayor sensación de oportunidades económicas y prosperidad.

Otra tendencia interesante es la variación significativa dentro de los mismos países. Por ejemplo, en Costa Rica y Colombia, las respuestas se dividen de manera más equilibrada entre las diferentes opciones, lo que sugiere una diversidad de opiniones entre los evangélicos de estos países. Esto demuestra que, si bien hay patrones generales, la satisfacción con la economía puede ser una cuestión compleja y multifacética, influenciada por factores contextuales y personales dentro de cada país y comunidad religiosa.

 

 

 

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