La máxima preocupación («Todo o casi todo el tiempo») por ser víctima de delitos violentos alcanza un promedio regional del 32.2% entre evangelicos latinoamericanos. Brasil lidera esta categoría con 61.46%, seguido por México con 46.11% y Ecuador con 45.98%. Los países con menor preocupación constante incluyen El Salvador (9.30%), Uruguay (21.79%) y Venezuela (22.37%). Esta distribución revela una percepción heterogénea de la inseguridad, con diferencias de hasta 52.16 puntos porcentuales entre Brasil y El Salvador, sugiriendo que las condiciones de seguridad específicas de cada país impactan significativamente en la percepción evangélica de vulnerabilidad.
La confianza en la protección divina encuentra fundamento en el Salmo 91:3-4: «Él te librará del lazo del cazador, de la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro». Sin embargo, el alto porcentaje de evangelicos que viven en preocupación constante (32.2% promedio) sugiere una tensión entre fe teológica y realidad contextual. Los países con mayor preocupación (Brasil 61.46%, México 46.11%, Ecuador 45.98%) evidencian que las condiciones de inseguridad objetiva pueden superar la confianza espiritual, mientras que la menor preocupación en El Salvador (9.30%) podría reflejar mayor confianza en la providencia divina.
La ausencia total de preocupación («Nunca») presenta una distribución polarizada con un promedio regional de 24.6%. El Salvador registra el porcentaje más alto con 42.64%, seguido por Uruguay con 34.62% y Guatemala con 34.51%. Los países con menor despreocupación incluyen México (4.79%), Chile (6.61%) y Brasil (11.78%). Esta polarización entre países que nunca se preocupan versus aquellos con preocupación mínima indica diferencias sustanciales en la percepción de seguridad personal, posiblemente relacionadas con experiencias directas de violencia o efectividad de sistemas de seguridad locales.
La preocupación intermitente («Algunas veces») muestra mayor homogeneidad regional con un promedio de 29.7% y menor variabilidad. México lidera con 46.11%, seguido por Chile con 35.54% y Perú con 34.87%. Los menores registros corresponden a Brasil (10.19%), Bolivia (17.45%) y Ecuador (25.45%). Esta categoría representa el grupo más numeroso en varios países, sugiriendo que la mayoría de evangelicos experimenta episodios de preocupación sin llegar a la angustia constante, lo que podría reflejar un balance entre conciencia de riesgo y confianza espiritual.
La preocupación esporádica («Ocasionalmente») mantiene relativa estabilidad con un promedio regional de 17.6%. Argentina presenta el mayor porcentaje con 28.57%, seguida por Chile con 23.14% y México con 20.36%. Los menores registros se observan en Rep. Dominicana (10.08%), Ecuador (11.16%) y Venezuela (14.40%). La distribución relativamente uniforme de esta categoría sugiere que aproximadamente uno de cada cinco evangelicos experimenta preocupaciones puntuales por su seguridad, posiblemente relacionadas con eventos específicos o contextos particulares de riesgo.
Los datos revelan una comunidad evangélica latinoamericana con percepciones diversificadas sobre inseguridad personal, donde un tercio vive en preocupación constante (32.2%), otro tercio experimenta preocupación intermitente (29.7%), un cuarto nunca se preocupa (24.6%) y el resto ocasionalmente (17.6%). Brasil emerge como el país con mayor percepción de riesgo (61.46% preocupación constante), mientras El Salvador presenta la mayor tranquilidad (42.64% nunca se preocupa). Esta variabilidad sugiere que factores contextuales de seguridad nacional superan las interpretaciones teológicas uniformes, creando un mosaico complejo de percepción de vulnerabilidad entre los 20,000 evangelicos encuestados, donde la realidad social impacta significativamente en la experiencia de fe cotidiana.