La tabla muestra los porcentajes de personas evangelicas que han considerado mudarse a otro país, dividida en dos categorías: No y Sí. Los puntos más destacados son:
- Colombia y República Dominicana son los únicos países donde más del 50% ha considerado migrar
- Panamá tiene el porcentaje más alto (82.66%) de personas que no consideran migrar
- Colombia muestra el porcentaje más alto (51.61%) de personas que sí consideran migrar
- Chile y Panamá muestran los porcentajes más bajos de intención de migrar (18.18% y 17.34% respectivamente)
- La mayoría de los países mantienen porcentajes de «No» superiores al 60%
Los datos revelan una clara tendencia donde la mayoría de los latinoamericanos prefiere permanecer en sus países de origen. Países como Panamá (82.66%), Chile (81.82%) y México (78.92%) muestran porcentajes muy altos de personas que no consideran migrar, sugiriendo una mayor estabilidad o satisfacción con sus condiciones de vida actuales.
Esta realidad de la migración nos recuerda el versículo de Jeremías 29:7: «Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.» Este pasaje nos invita a reflexionar sobre el arraigo y el compromiso con nuestro lugar de residencia, mientras reconocemos que las decisiones de migración a menudo están vinculadas a la búsqueda de mejores oportunidades.
Se observa un patrón regional interesante donde los países del norte de Sudamérica muestran mayor propensión a la migración. Colombia (51.61%), Ecuador (42.04%) y Venezuela (23.65%) presentan porcentajes significativos de intención migratoria, mientras que los países del Cono Sur como Chile (18.18%) y Uruguay (24.05%) muestran menor intención.
Finalmente, los datos revelan una correlación entre la estabilidad económica percibida y la intención de migrar. Países que tradicionalmente han mostrado mayor estabilidad económica como Chile, Costa Rica y Panamá muestran porcentajes más bajos de intención migratoria (18.18%, 22.00% y 17.34% respectivamente), mientras que países con desafíos económicos más pronunciados muestran mayor propensión a la migración.