Los datos del Latinobarómetro 2023 revelan que la corrupción se posiciona como uno de los problemas más importante identificado por los evangélicos latinoamericanos. En el análisis por edades, observamos que el grupo de 16-15 años muestra la mayor preocupación, seguido por los grupos de 26-40, 41-60 y 61 y más años. Esta tendencia generalizada refleja una percepción uniforme across generaciones, donde países como Perú (45%), Argentina (53%) y Honduras (25%) encabezan las cifras más altas de preocupación por corrupción entre la población evangélica encuestada.
Esta percepción generalizada sobre la corrupción encuentra resonancia en las Escrituras, particularmente en Proverbios 29:2 que establece: «Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; mas cuando domina el impío, el pueblo gime.» Los evangélicos latinoamericanos, fundamentados en principios bíblicos de justicia y rectitud, naturalmente identifican la corrupción como un problema fundamental que afecta el bienestar social y moral de sus naciones, reflejando su cosmovisión basada en valores cristianos de transparencia e integridad.
El análisis cuantitativo por grupos etarios revela patrones específicos: el segmento de 26-40 años presenta los porcentajes más consistentes de preocupación por corrupción, mientras que el grupo de 61 y más años muestra una perspectiva diferenciada. Países como México (19%), El Salvador (33%) y Colombia (24%) demuestran variaciones importantes en la percepción generacional, sugiriendo que las experiencias históricas y contextuales influyen en cómo diferentes cohortes evangélicas evalúan la gravedad del problema corrupto en sus respectivos países.
Los mapas temáticos evidencian disparidades geográficas significativas en la percepción de corrupción. Brasil (6%), Chile (0%) y Uruguay (0%) presentan los porcentajes más bajos de identificación de corrupción como problema principal entre evangélicos, contrastando marcadamente con países como Paraguay (33%), Panamá (30%) y Costa Rica (23%). Esta variación geográfica sugiere que las condiciones sociopolíticas específicas de cada nación influyen directamente en la percepción evangélica sobre la corrupción gubernamental.
La cuarta tendencia significativa revela una consistencia notable en la identificación de la corrupción across el espectro evangélico latinoamericano, con un Grand Total del 20% que considera este tema como el problema más importante. Esta cifra representa una convergencia de criterios que trasciende fronteras nacionales, sugiriendo que la comunidad evangélica mantiene estándares éticos similares independientemente de su ubicación geográfica. La uniformidad en esta percepción, basada en 20,000 encuestados, indica una conciencia colectiva evangélica sobre la importancia de la integridad en el liderazgo público y la gobernanza transparente.