La tabla muestra la distribución étnica/racia de los evangelicos en varios países latinoamericanos. Hay una gran diversidad entre los países, con diferentes grupos predominantes en cada uno. Los mestizos son mayoría en varios países como Perú (78.84%) y Ecuador (76.55%). Los blancos son el grupo más numeroso en Uruguay (53.85%) y Argentina (48.68%). Algunos países tienen porcentajes significativos de población indígena, como Guatemala (39.04%) y Bolivia (32.23%). Brasil destaca por su alto porcentaje de población negra (23.25%). Las categorías de mulatos, asiáticos y «otra raza» varían considerablemente entre países. La categoría «No sabe» también muestra variaciones importantes, siendo más alta en México (37.35%) y El Salvador (28.72%).
La tendencia más notable en los datos es la gran diversidad étnica y racial en América Latina, con variaciones significativas entre países. Mientras que en algunos países predomina claramente un grupo étnico, como los mestizos en Perú (78.84%) y Ecuador (76.55%), en otros hay una distribución más equilibrada entre diferentes grupos. Por ejemplo, en Costa Rica, los blancos (37.32%) y mestizos (32.68%) tienen porcentajes similares. Esta diversidad refleja la compleja historia de mezcla racial y cultural en la región, resultado de procesos históricos como la colonización, la esclavitud y las migraciones.
Desde una perspectiva bíblica, esta diversidad étnica puede interpretarse a la luz de Apocalipsis 7:9, que dice: «Después de esto miré, y apareció una gran multitud de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, que nadie podía contar. Estaban de pie delante del trono y del Cordero, vestidos de túnicas blancas y con ramas de palma en la mano». Este versículo celebra la diversidad de la humanidad unida en fe, sugiriendo que la variedad étnica y cultural es parte del plan divino. En el contexto latinoamericano, esto podría inspirar a las comunidades cristianas a valorar y celebrar su diversidad étnica como un reflejo de la riqueza de la creación divina.
Otra tendencia significativa es la variación en la proporción de población indígena entre países. Mientras que en Guatemala (39.04%) y Bolivia (32.23%) los indígenas representan un porcentaje importante de la población, en otros países como Uruguay (3.85%) y Brasil (3.50%) este porcentaje es mucho menor. Esto refleja diferencias históricas en los patrones de colonización y en las políticas hacia las poblaciones indígenas. Es notable que países con altos porcentajes de población indígena también tienden a tener altos porcentajes de población mestiza, como se ve en Bolivia (45.97% mestizos) y Guatemala (48.90% mestizos), sugiriendo una historia de mezcla cultural y étnica.
Finalmente, una última tendencia interesante es la variación en los porcentajes de la categoría «No sabe». Algunos países muestran porcentajes sorprendentemente altos en esta categoría, como México (37.35%) y El Salvador (28.72%). Esto contrasta fuertemente con países como Ecuador (0.88%) y Perú (4.98%), donde muy pocas personas eligieron esta opción. Estas diferencias podrían reflejar variaciones en la complejidad de las identidades étnicas, en la claridad de las categorías raciales en diferentes contextos nacionales, o incluso en la disposición de las personas a identificarse con categorías étnicas específicas. También podría indicar diferencias en cómo se entiende y se habla sobre la raza y la etnicidad en diferentes países latinoamericanos.