La educación es un aspecto importante dentro del plan de Dios para sus hijos. La Biblia insta a buscar la sabiduría y la instrucción como algo muy valioso (Proverbios 4:7). Dios desea que crezcamos en conocimiento para servirle mejor.
Según los datos, el 26% de los evangélicos en Argentina y el 23% en Panamá completaron su educación entre los 19 y 22 años. Esto indica que una porción significativa alcanza educación de nivel superior en estos países. No obstante, es necesario ampliar aún más el acceso a estudios superiores. La iglesia debe motivar la excelencia académica.
Más que la educación secular, la Biblia enfatiza la primacía del conocimiento de Dios y sus designios. Debemos buscar primeramente la sabiduría que procede de lo alto (Santiago 3:17). La iglesia tiene la tarea de impartir sólida enseñanza bíblica para la formación integral.
El verdadero conocimiento debe expresarse en un servicio abnegado a los demás. La meta es que la educación capacite para amar y servir mejor al prójimo (1 Corintios 13:2). Los cristianos estamos llamados a usar nuestros dones para bendecir a otros.
En conclusión, la educación superior es una faceta relevante para la iglesia. Se debe facilitar su acceso con énfasis en las verdades bíblicas y la formación espiritual, para servir al prójimo con amor.