Los evangélicos latinoamericanos expresan una percepción económica «mala» que oscila entre el 11% y 45% según grupos etarios y países. El Salvador lidera esta categoría en el grupo de 41-60 años con 45%, seguido por México con 43% en la misma franja etaria y Bolivia con 35% en el grupo de 26-40 años. En el segmento de adultos mayores (61 y más), Uruguay registra el mayor porcentaje con 36%, mientras que Chile presenta 28% en esta categoría. Los jóvenes de 16-25 años muestran percepciones «mala» lideradas por Ecuador con 29%, Guatemala y Honduras con 29% cada uno, evidenciando una distribución más equilibrada de pesimismo económico moderado comparado con las categorías extremas.

Esta percepción económica intermedia refleja las pruebas cotidianas que enfrentan los creyentes, recordando las palabras de Mateo 6:34: «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal». La categoría «mala» representa una evaluación realista de las dificultades económicas sin caer en el pesimismo extremo, permitiendo a los evangélicos mantener equilibrio entre el reconocimiento de los desafíos presentes y la confianza en la provisión divina para las necesidades futuras.

El grupo de 26-40 años presenta los porcentajes más significativos de percepción económica «mala» en varios países. Colombia lidera con 39%, seguido por Bolivia y Brasil con 35% cada uno, y Ecuador con 38%. Argentina registra 28% mientras que El Salvador presenta 20% en esta franja etaria. Costa Rica muestra el menor porcentaje con 20%, junto con Honduras que mantiene 30%. Esta tendencia indica que los evangélicos en edad productiva prime enfrentan presiones económicas moderadas pero significativas, posiblemente relacionadas con responsabilidades familiares crecientes y expectativas laborales intensificadas.

Los adultos mayores evangélicos (61 y más años) demuestran percepciones «mala» variables pero consistentes. Uruguay lidera con 36%, seguido por Costa Rica con 29% y Chile con 28%. Honduras y El Salvador registran 21% cada uno, mientras que Perú presenta 19% y Panamá 18%. Argentina mantiene 16% y Colombia 16% en este grupo etario. Bolivia registra únicamente 8%, evidenciando una percepción económica relativamente menos crítica entre los evangélicos senior bolivianos. Esta distribución sugiere que la experiencia económica de los adultos mayores evangélicos varía considerablemente según el contexto socioeconómico nacional específico.

El grupo de 41-60 años exhibe la mayor concentración de percepciones económicas «mala». El Salvador lidera significativamente con 45%, seguido por Venezuela con 35% y Panamá con 31%. Colombia y Brasil presentan 31% y 30% respectivamente, mientras que Chile mantiene 30% y Bolivia 30%. Guatemala registra 24% y Honduras 24%, con México mostrando un porcentaje elevado del 43%. Esta franja etaria, tradicionalmente en su pico de responsabilidades familiares y profesionales, refleja las presiones económicas más intensas dentro de la categoría de percepción «mala», sugiriendo desafíos estructurales significativos para evangélicos en la mediana edad.

El Latinobarómetro 2023 revela que la percepción económica «mala» entre evangélicos latinoamericanos se distribuye de manera más homogénea que las categorías extremas, con porcentajes que raramente superan el 45%. Esta tendencia intermedia indica que una porción considerable de evangélicos reconoce dificultades económicas sin adoptar perspectivas completamente pesimistas. Los países centroamericanos como El Salvador, Guatemala y Honduras muestran consistencia en percepciones económicas negativas moderadas, mientras que países como Uruguay y Chile presentan patrones distintivos en grupos etarios específicos, evidenciando experiencias económicas evangélicas diferenciadas pero generalmente equilibradas en la región.

 

 

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