La tendencia dominante revela un profundo escepticismo entre los evangélicos latinoamericanos respecto al progreso anticorrupción. Argentina lidera con 55.84% respondiendo «Nada», seguida por Paraguay (53.69%) y Ecuador (52.00%). En contraste, solo El Salvador muestra confianza significativa con 53.06% indicando «Mucho» progreso, mientras que República Dominicana alcanza 27.31%. La mayoría de países concentra sus respuestas en las categorías «Nada» y «Poco», evidenciando desconfianza generalizada hacia las instituciones estatales.

Esta percepción negativa sobre la corrupción institucional resuena con el mandato bíblico de Isaías 1:17: «Aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.» Los evangélicos, como sal y luz del mundo, mantienen estándares elevados de justicia y transparencia, lo que explica su sensibilidad ante la persistencia de prácticas corruptas en las instituciones públicas de sus naciones.

La categoría «Poco» muestra distribución considerable: México lidera con 40.61%, seguido por Colombia (36.15%) y Venezuela (34.55%). Esta tendencia sugiere que aproximadamente un tercio de los evangélicos reconoce esfuerzos limitados pero insuficientes en la lucha anticorrupción. Países como Brasil (33.33%) y Honduras (32.60%) también reflejan esta percepción moderada, indicando que existe reconocimiento de algunos avances, aunque considerados inadecuados para las expectativas comunitarias.

Uruguay presenta la mayor concentración en «Algo» con 44.16%, seguido por Costa Rica (30.16%) y México (30.91%). Esta tendencia revela que ciertos países generan mayor confianza en sus procesos institucionales entre la población evangélica. Notably, estos países tradicionalmente han mostrado mejores índices de gobernabilidad y transparencia, lo que correlaciona con la percepción evangélica de progreso anticorrupción moderado pero tangible.

El Salvador emerge como caso único con 53.06% indicando «Mucho» progreso, contrastando dramáticamente con el promedio regional donde la mayoría de países no supera el 15% en esta categoría. República Dominicana ocupa el segundo lugar con 27.31%, mientras que Brasil alcanza 17.33%. Esta tendencia excepcional sugiere que políticas específicas y liderazgos particulares pueden generar confianza significativa en comunidades evangélicas cuando demuestran resultados concretos en transparencia gubernamental.

Los datos revelan una crisis de confianza institucional entre evangélicos latinoamericanos, con 75-85% de las respuestas concentradas en «Nada» y «Poco» progreso anticorrupción en la mayoría de países. Solo El Salvador demuestra percepción positiva significativa (53.06% «Mucho»), mientras que Argentina, Paraguay y Ecuador muestran el mayor escepticismo. Esta percepción refleja tanto la realidad institucional regional como los altos estándares éticos que caracterizan a las comunidades evangélicas latinoamericanas, quienes mantienen expectativas elevadas de justicia y transparencia gubernamental basadas en principios bíblicos fundamentales.

 

 

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