
La tendencia principal demuestra que Twitter presenta una adopción muy baja entre evangélicos latinoamericanos, con un promedio regional de solo 11.84% de usuarios que responden afirmativamente, mientras que el 88.16% no utiliza esta plataforma. Chile lidera la región con la mayor penetración alcanzando el 20.66% de usuarios evangélicos, seguido por Paraguay con 16.67%, Ecuador con 14.98%, Colombia con 14.68% y Panamá con 13.27%. En el extremo opuesto, Bolivia registra la menor adopción con apenas 7.04% de usuarios, seguido por Guatemala con 7.88%, Honduras con 8.29% y Uruguay con 8.86%. La diferencia de 13.62 puntos porcentuales entre Chile y Bolivia evidencia que Twitter no ha logrado consolidarse como herramienta comunicacional relevante en las comunidades evangélicas latinoamericanas, posicionándose como la segunda plataforma menos utilizada después de Snapchat, con una brecha promedio de 76.32 puntos porcentuales entre no usuarios y usuarios.
La baja adopción de Twitter entre evangélicos puede relacionarse con el principio bíblico de comunicación edificante expresado en Efesios 4:29: «Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes». Twitter se caracteriza por debates polarizados, discusiones controversiales y un ambiente frecuentemente hostil que contrasta con los valores cristianos de paz, unidad y edificación mutua. La naturaleza combativa de muchas conversaciones en esta plataforma, sumada a su límite de caracteres que dificulta la comunicación matizada y profunda, no se alinea con las preferencias comunicacionales de las comunidades evangélicas que priorizan contenido edificante, enseñanzas bíblicas extensas y diálogos constructivos. Las iglesias evangélicas latinoamericanas han demostrado preferencia por plataformas que faciliten la comunión fraterna, el discipulado paciente y la evangelización respetuosa, elementos difíciles de lograr en el entorno acelerado y frecuentemente conflictivo de Twitter.
Una segunda tendencia revela que únicamente un país supera el 20% de adopción (Chile con 20.66%), y solo cinco países alcanzan o superan el 14%: Chile (20.66%), Paraguay (16.67%), Ecuador (14.98%), Colombia (14.68%) y Panamá (13.27%). Este grupo de relativa mayor adopción representa apenas el 31.25% de las naciones analizadas, y aún así ninguno alcanza siquiera el 21% de penetración. Incluso en Chile, el país líder, aproximadamente ocho de cada diez evangélicos no utilizan Twitter, con un 79.34% de no usuarios. Esta concentración en el extremo inferior de adopción confirma que Twitter permanece como una plataforma marginal en prácticamente toda América Latina evangélica. La ligera ventaja de Chile podría explicarse por mayor urbanización, niveles educativos más altos, o una cultura digital más diversificada, pero incluso en este contexto más favorable, la plataforma no ha logrado penetración significativa en las comunidades de fe.
La tercera tendencia identifica que once países presentan tasas de adopción inferiores al 13%: México (12.57%), Argentina (11.69%), Brasil (11.95%), República Dominicana (11.75%), Costa Rica (11.43%), Venezuela (10.26%), El Salvador (10.10%), Perú (9.96%), Uruguay (8.86%), Honduras (8.29%), Guatemala (7.88%) y Bolivia (7.04%). Este grupo mayoritario representa el 68.75% de las naciones estudiadas, confirmando que la norma regional es el rechazo casi unánime a Twitter entre evangélicos. Particularmente significativo es que países con grandes poblaciones evangélicas como Brasil (11.95%), México (12.57%) y Argentina (11.69%) se encuentren en este rango inferior, lo que implica que millones de creyentes latinoamericanos han decidido no participar en esta plataforma. La consistencia de estos bajos porcentajes a través de contextos nacionales diversos sugiere que las limitaciones de Twitter en el mundo evangélico son estructurales, relacionadas con la naturaleza misma de la plataforma más que con factores locales específicos.
La cuarta tendencia significativa muestra que todos los países sin excepción presentan porcentajes de no usuarios superiores al 79%, con un rango que va desde 79.34% en Chile hasta 92.96% en Bolivia. Esta aplastante mayoría de no usuarios evidencia el rechazo más consistente entre todas las principales redes sociales analizadas. Bolivia presenta la mayor brecha con 85.92 puntos de diferencia entre no usuarios (92.96%) y usuarios (7.04%), seguido por Guatemala con 84.24 puntos (92.12% vs 7.88%) y Honduras con 83.42 puntos (91.71% vs 8.29%). Incluso Chile, el país de mayor adopción, mantiene una brecha significativa de 58.68 puntos porcentuales entre no usuarios (79.34%) y usuarios (20.66%). Esta unanimidad regional en el rechazo a Twitter, donde nueve de cada diez evangélicos no utilizan la plataforma, contrasta dramáticamente con la alta adopción de Facebook (67.24% promedio) y la moderada penetración de YouTube (47.23% promedio), evidenciando que Twitter ha fallado completamente en resonar con las necesidades comunicacionales, valores culturales y objetivos ministeriales de las comunidades evangélicas latinoamericanas.
En síntesis, el estudio Latinobarómetro 2023 sobre 20,000 encuestados revela que Twitter es la segunda plataforma menos adoptada por evangélicos latinoamericanos con un promedio regional de solo 11.84% de usuarios frente a un 88.16% que no la utiliza. Ningún país supera el 21% de penetración, y doce de dieciséis naciones se mantienen por debajo del 13% de adopción, confirmando que esta red social no ha encontrado cabida en las comunidades de fe de la región. Las características de Twitter —debates polarizados, limitación de caracteres, ambiente frecuentemente hostil, énfasis en noticias políticas controvertidas, cultura de confrontación— no se alinean con los valores evangélicos de edificación, paz, diálogo constructivo y comunicación profunda basada en principios bíblicos. Esta baja adopción representa tanto un diagnóstico sobre las incompatibilidades entre la cultura Twitter y la cultura evangélica, como una validación de que las comunidades de fe latinoamericanas han ejercido discernimiento al priorizar plataformas más adecuadas para sus objetivos ministeriales. Mientras Facebook permite comunidades extensas y YouTube facilita enseñanzas audiovisuales permanentes, Twitter ofrece poco valor para la evangelización, el discipulado o la edificación mutua que constituyen prioridades centrales del cristianismo evangélico. Los datos sugieren que las iglesias y líderes evangélicos deberían concentrar recursos digitales en plataformas con mayor penetración y mejor alineación con valores cristianos, reconociendo que Twitter permanecerá como herramienta marginal para alcance evangélico en el contexto latinoamericano.